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El jugador del Barcelona estaba por cobrar un tiro de esquina cuando de la tribuna le llovió una banana, en un acto que es considerado racista. Dani Alves la levantó, comenzó a comérsela y cobró el tiro de esquina como si nada hubiera pasado. Después del partido en rueda de prensa, agradeció al responsable de ese acto porque "le dió más energía para ganar el partido". Barcelona dió la vuelta al partido, ganando 3 a 2.