La Luna siempre ha sido un objeto de fascinación para la humanidad, pero calcular su edad, estimada en algo así como 4.300 años, siempre había sido un reto más cercano a un acto de adivinación que a un cálculo científico. Hasta ahora. Gracias a una serie de muestras de rocas lunares, traídas a la Tierra por medio de la misión espacial del Apolo 14, ha sido posible calcular con mayor precisión que nunca antes la edad verdadera de la Luna y resultaría que sería mucho más vieja de lo que se creía.