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C&P "Los políticos han desarrollado argucias para complacer a los escritores (cuya vanidad es fácil de tocar). Norman Mailer contaba que John F. Kennedy ejercía un método infalible: no elogiaba a un novelista por su obra más conocida, sino por algún volumen marginal o incluso fracasado. Ante esa inesperada mención, el autor se sentía al fin comprendido. De acuerdo con el método Kennedy, si uno se encuentra a Gabriel García Márquez, no debe encomiar Cien años de soledad sino Ojos de perro azul."