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El ex presidente reconoce que erró al dejarlo como su sucesor. En un solo hombre descansaba la decisión de quién gobernaría un país entero. Si este hombre tenía la información equivocada —como reconoce De la Madrid que era el caso sobre la honorabilidad de Salinas y familia— pues el país completo pagaba las consecuencias. Hay que celebrar que México dejó atrás este sistema político. Hoy son los ciudadanos los que deciden quién los gobernará. La entrevista, en definitiva, nos recuerda “las gloriosas” épocas priistas de una corrupción rampante.