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Mientras el español Raúl Mestre, uno de los grandes del póker español, quedaba décimo en el EPT de San Remo, el estadounidense Phil Ivey, ganador de nueve brazaletes en las WSOP y para algunos el mejor del mundo, no deja de tener problemas, ya que un nuevo casino lo ha demandado por tramposo. Conocida es su disputa con el Crockford de Londres, que le retiene desde hace meses un premio multimillonario. Ahora el Borgata de Atlantic City asegura que Ivey ganó en 2012 otros 9,6 millones de dólares al punto y banca (o baccarat) de forma ilegal. El procedimiento que han denunciado ambos establecimientos es casi idéntico. Lo que parecía una pillería, no demasiado distinta del sistema que inventaron los Pelayo, podría convertirse en una estafa en toda regla. En el caso contra Crockford, Ivey ya ha admitido que era capaz de «leer las cartas», al menos con la ayuda de su enigmática acompañante, la jugadora Cheng Yin Sun. Ambos se aprovechaban de una imperfección en el corte de las cartas, gracias a la cual el dibujo del reverso de los naipes no mantiene una simetría perfecta, por un error en el corte.
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Facso, 10 years ago
Suena mas a culpa de los que hacen las cartas que del jugador.