``` `
No quiero que con el triatlón ocurra lo mismo que con las carreras populares (ninguna capital de España sin su carrera popular, por favor), condenadas a competir por ver quién la tiene más larga, quién trae más cincuentones entrados en kilos a trotar, sufrir, sudar y fatigarse, a punto de explotar, como si estuviesen compitiendo en el mismísimo Marathon des Sables. No quiero ver al triatlón ser mero instrumento de promoción de empresas e instituciones, incluidas como una mera herramienta más dentro de sus abanico de posibilidades de responsabilidad social corporativa.