``` `
Un multimillonario campechano y con pinta de majo, un filántropo que ha invertido una fortuna en investigación médica y va por la vida con ojeras, aspecto desaliñado y sus ya inseparables Google Glass. Así es, en parte, Sergey Brin, uno de los fundadores de la todopoderosa Google. O al menos así es cómo muchos lo ven. Sin ir más lejos, se acaba de aliar con el padre de Facebook, Mark Zuckerberg, para dar a luz a un premio científico más cuantioso que el mismísmo Nobel. De genio excéntrico a genio excéntrico.