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Bogotá, pequeño universo cambiante del cual es fácil identificar que ignoramos ciertas cosas, yo diría muchas, acerca de los tesoros que esconde nuestra pequeña gran cuidad. Entre los muchos lugares que existen como destino turístico tanto para los capitalinos y los visitantes, extranjeros o no, como Monserrate, El Museo del Oro, La Biblioteca Nacional; existe uno en espacial que es como una especie de paraíso para los amantes de la naturaleza. El Jardín Botánico de Bogotá es uno de los lugares más hermosos y sorprendentes que existe en nuestra ciudad, además de ser el más grande de Colombia cuenta con más de 19 hectáreas en las cuales alberga cerca de 18206 adquisiciones de plantas vivas, con unos 2143 taxones de plantas cultivadas, especializándose principalmente en las plantas de la región andina. Desde que fue creado este lugar era uno de los más visitados cada día por muchas personas de la ciudad y de fuera, pero con el pasar del tiempo cada vez menos personas lo frecuentan y lo más alarmante muchas de esas personas no saben ni siquiera de su existencia o jamás lo han visitado. ¿Qué pasa con estos pequeños tesoros escondidos? El uso de las nuevas tecnologías de la información nos ha alejado cada vez más de lo que solía ser divertido en un plan familiar. La vida no es solo Facebook ni Play Station 4, muchísimos problemas se derivan de este punto, nos estamos volviendo sedentarios y perezosos, los planes de domingo son chatear todo el día, o ver películas en internet, muy pocas personas saben que en el Jardín Botánico se dictan cursos muy económicos cobre como crear y cuidar una huerta urbana, una iniciativa muy buena para los problemas de alimentación que se presentan en nuestro país. Como una reflexión más allá del abandono de estos lugares, lo realmente importante es pensar ¿que estamos haciendo los Bogotanos con nuestro tiempo? ¿Acaso lo estamos gastando de una manera correcta? O aun peor ¿Existe aún el tiempo libre con el corre corre en el que vivimos diariamente?